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Franquicia de inversión Vs. Franquicia de autoempleo

Si quieres emprender en franquicia debes saber que hay diferentes maneras de iniciarte en este modelo de negocio.

Las formas más frecuentes son o como inversor, o como buscador de autoempleo.

La esencia del modelo en franquicia será idéntica en ambos casos: cesión de uso de la marca, cesión del know-how con el que se ha alcanzado un probado éxito y asistencia comercial y técnica, inicial y continuada.

Sin embargo, valoraremos a lo largo del artículo diversos aspectos que descubrirán la idoneidad de la franquicia de inversión o de la franquicia de autoempleo según el perfil de la empresa, por un lado, y del emprendedor por otro.

La franquicia de autoempleo está caracterizada por un emprendedor que debe estar capacitado tanto económica como profesionalmente para dirigir la actividad empresarial de la enseña.

En la franquicia de inversión, el franquiciado será una persona con la capacidad económica necesaria para entrar en la cadena de franquicias, pero que delegará la gestión de la actividad profesional en una tercera persona.

Mientras en el primer caso el emprendedor pone a disposición su dinero y su tiempo, en el segundo caso será una cesión mayoritariamente de sólo el primero de los factores, buscando rentabilidad económica.

Sin embargo no hay que olvidar que la inversión de unos ahorros requerirá atención y supervisión para asegurarse de que todo funciona correctamente y de que los intereses y objetivos de rentabilidad son alcanzados.

Los objetivos para ambos tipos de franquiciados serán los mismos a excepción de la predisposición al trabajo. En una franquicia de inversión el control será mínimo y estará llevado al terreno de la rentabilidad. En la franquicia de autoempleo el nivel de trabajo será máximo, puesto que hay que tener en cuenta que la labor será reproducir y mantener una empresa independiente.

La fórmula de entrada en una franquicia, bien como autoempleo o bien como inversor, dependerá frecuentemente de los intereses de la enseña y de la estrategia de expansión en franquicia.

Pese a que existe la posibilidad de que una misma franquicia acepte franquiciados de ambos tipos lo más frecuente será encontrar compañías que acepten sólo franquiciados de autoempleo y, si se está interesados en una franquicia de inversión, habrá que realizar un estudio en torno a las empresas que puedan ofrecen esta posibilidad y sus características.

El éxito en franquicias de autoempleo depende en gran medida de las capacidades cualitativas del franquiciado. El franquiciado es específicamente escogido por esas cualidades profesionales y personales que la empresa encuentra adecuadas a su actividad. Además, recibirá una formación que será implantada de manera directa en el negocio.

En franquicias de inversión,por otro lado, la idoneidad del emprendedor dependerá casi en su totalidad de la posesión o no de fondos suficientes para hacer frente a la actividad. La enseña escogerá igualmente al franquiciado, pero no al gerente en el que éste delegará sus funciones; y que podría no cumplir con los requisitos necesarios.

Esta será una de las causas principales del recelo de muchas compañías por esta modalidad de franquiciados.

En estos casos, dependerá de cada compañía especificar quién o quiénes reciben la formación inicial y continuada tan necesaria en franquicia, pero en todo caso la existencia de un gerente o director no dejará de ser otro eslabón más en la cadena, lo que podría retrasar o dificultar la comunicación entre central y unidad.

Uno de los puntos más importantes en común es el interés de todo tipo de emprendedor en la buena marcha y en la obtención de éxito de la empresa. Una franquicia es una unidad independiente de la central franquiciadora y si bien se recibe apoyo de diversa índole la responsabilidad última y la gestión de recursos recaerá sobre el franquiciado.

Tanto en casos de autoempleo como de inversión, el objetivo último a largo o a corto plazo será obtener la máxima rentabilidad del dinero y del trabajo invertido, objetivo que será siempre común a la enseña franquiciadora por lo que en muchos casos la tipología del franquiciado podrá considerarse de secundaria importancia.

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